¡Hola!
Ya hace tiempo que no os cuelgo una receta, así que ¡hoy toca!
Vamos a preparar un bizcocho, os comento que es una receta dulce, pero adaptada para que no tenga muchas calorías y es que acabamos de vacaciones y toca cuidarse un poquito para bajar los pequeños excesos 😉
Además esta receta lleva harina integral, por tanto es muy, muy buena para las embarazadas, ya que nos la recomiendan mucho, sobre todo si tenemos problemitas para ir al baño.
Otra cosa buena es que no lleva huevo, por tanto no es tan indigesta como otras y lleva azúcar moreno.
Así que… ¡manos a la obra! Para hacer este bizcocho necesitamos:
– 2 yogures griegos o naturales (lo ideal es ponerlos sin azúcar, pero yo pillé los que tenía por casa)
– 250 gr de harina integral
– Una manzana
– 1 medida y 1/4 de leche desnatada o semidesnatada (utilizaremos como medida el botecito del yogur)
– 100 gr de azúcar moreno
– 1/2 medida de yogur de aceite de oliva
– 1 cucharadita de bicarbonato
– Medio sobre de levadura en polvo (tipo Royal)
Primero que todo mezclaremos los yogures con la leche y el aceite y lo batiremos bien con unas varillas hasta que todos los ingredientes estén bien integrados. Una vez los tengamos incorporaremos los ingredientes secos: harina, azúcar, bicarbonato y levadura y seguiremos batiendo.
Veréis que al principio se quedan grumitos, pero insistid, aunque no queda una mezcla fina, fina debido a la harina integral, podéis hacer este paso con una batidora eléctrica, será más rápido.
Por último incorporamos la manzana, yo la he hecho a trocitos, también la podéis incorporar rayada o ponerla en la batidora junto a todos los ingredientes. Volcamos toda la masa en un recipiente apto para horno al cual le ponemos papel de horno para que no se nos quede pegado el bizcocho.
Opcional: Podéis ponerle canela en la superficie, le dará un sabor delicioso y ¡toda casa olerá de maravilla!
Calentamos el horno a 175º, he puesto la opción de ventilador y parte de abajo. Metemos el molde y lo dejamos durante 35 minutos.
Para saber si ya está hacemos la prueba del palillo (esa típica en la que introduces un palillo de madera y si sale seco es que ya está y si no, que le falta un ratito jeje)
Una vez esté lo sacamos, lo dejamos enfriar y ¡listo!
¿Os animáis?