Maternidad

Las nuevas sensaciones de la maternidad

1 comentario3 min. lecturapor Nuria

¡Hola!

La maternidad supone muchos cambios, los que más notamos y nota la gente de nuestro entorno son los cambios físicos. Durante 9 meses nuestro cuerpo forma un bebé y después del parto, nuestro cuerpo vuelve, poco a poco, a la normalidad.

Además de estos cambios físicos, también experimentamos cambios en nuestros sentimientos, apareciendo así una serie de sensaciones que podemos decir que son propias de la maternidad, estas son:

Nuevo vínculo. El cambio más importante y que más notamos la madres es el nuevo vínculo afectivo, ese sentimiento llamado «amor incondicional» que solo conocemos cuando tenemos un hijo, es esa sensación de querer a tu hijo por encima de todas las cosas y saber que por él harías cualquier cosa. Este sentimiento puede aparecer nada más ves a tu bebé o un tiempo después, no es malo que este aparezca unos días o unos meses después, es lo más normal del mundo ya que en el momento post-parto estamos abrumados por las nuevas responsabilidades y por el cambio de horarios.
Responsabilidad. Sin duda otro de los sentimientos que experimentamos los padres, ya que ese nuevo ser depende totalmente de nosotros. Este sentimiento nos puede incluso agobiar, pero debemos intentar hacerlo lo mejor que sabemos, este sentimiento no nos debe superar y transmitirlo a nuestros hijos, ellos necesitan nuestro cariño y amor.
Fortaleza. Sin duda la maternidad nos hace más fuertes, no solo mostramos fortaleza en el momento del parto, también durante la crianza de nuestros hijos prima en nosotras una fuerza arrolladora que nos hace capaz de todo. Incluso cuando más cansadas estamos, esa fuerza hace que tengamos ganas de jugar un rato con nuestros hijos.
Empatía. Por una parte somos más fuertes, pero por otra más débiles con respecto a que hay situaciones que nos afectan más, empatizamos más con desfavorecidos, con los niños con enfermedades y con las madres/padres que sufren dificultades.
Sexto sentido. Esto nos pasa a TODAS. Cuando somos madres desarrollamos ese sentido de saber qué le pasa a nuestro hijo antes de que nos lo diga, sabemos por su lloro si es de dolor, de hambre o de sueño. E incluso podemos saber cuándo se esta empezando a poner enfermo solo con su carita.